Arquitectura singular. Casa Berenice en Aravaca, Madrid (2007)

Arquitectura singular. Casa Berenice en Aravaca, Madrid (2007)

Se trata de la “Casa Berenice”, se encuentra situada en el barrio de Aravaca a tan solo 9 kilómetros del centro de la capital y a 10 minutos de Moncloa. Un proyecto realizado por el arquitecto Antonio González Cordón.

Esta espectacular vivienda se ubica en un terreno rústico de gran tamaño que se parcela en unidades urbanísticas de viviendas unifamiliares aisladas con separación a todos los linderos. La orientación contradice radicalmente la topografía y las vistas a la sierra.

Se ha optado por aprovechar el desnivel de la parcela para integrar el programa demandado por el propietario. Se propone una reflexión sobre la vida alrededor de un patio, recogimiento y tranquilidad como activadores de la vida privada.

La edificación se manifiesta como un recinto denso y tectónico volcándose casi por completo hacia el exterior entorno a un patio sobrio, elegante y abierto, rodeado de columnas de metal lacado en blanco; y diáfano en el interior.

Dichas columnas rememoran un atrio monacal y evidencian el estilo neutro que predomina en el unifamiliar. Los materiales que dotan de personalidad a la vivienda son cristal, granito, aluminio, mármol blanco y hormigón. La planta principal, con forma de U y paredes de cristal, potencia las vistas sobre un pinar en primer plano y la sierra madrileña en el horizonte.

La vivienda se dispone en tres niveles escalonados en altura:

  • Planta sótano. Zona donde se encuentra una piscina climatizada con terraza externa hacia el jardín.

 

  • Planta baja. La idea del proyecto se basa en la formalización de un recinto volcado a un patio interior como espacio de paisaje propio y buena orientación solar. El patio aparece como el ordenador de vida y relaciones. En el ala este se disponen los dormitorios y en el ala oeste se sitúa la cocina y salas de apoyo con una pequeña vivienda para los guardeses.

 

  • Planta alta. Puntualmente en la zona norte se levanta una segunda planta para biblioteca y estudio buscando las vistas hacia la Sierra Norte. Este volumen evidencia en su superficie exterior su carácter autónomo tatuando en el hormigón negro un sistema infinito de líneas que remite al programa interior.