La zona noroeste de la Comunidad de Madrid ha apostado fuerte en las Ășltimas dĂ©cadas por la arquitectura singular hasta conseguir transformarse en una ciudad donde edificios nuevos y antiguas construcciones reformadas se han convertido ya en iconos representativos de la zona noroeste de la capital.
Arquitectos como Marta MarĂn RodrĂguez-Cano, Fernando Higueras, JoaquĂn Torres o AntĂłn GarcĂa Abril, han conseguido aportar una cara diferente zona norte de la ciudad integrando a la perfecciĂłn espacios que en algunos casos parecen venir del futuro. Se verĂĄ una curiosa fusiĂłn de estĂ©tica y funcionalidad y descubriendo cĂłmo se puede hacer un uso innovador de los materiales.
Arquitectura de Fernando Higueras en Pozuelo de AlarcĂłn, Madrid
Una vez mĂĄs la originalidad y potencia creadora de Higueras dentro del panorama arquitectĂłnico español, logra gracias a sus espectaculares y sencillas soluciones estructurales para la adaptaciĂłn tanto al medio fĂsico, natural asĂ como del entendimiento de la arquitectura popular desde planteamientos contemporĂĄneos. Fernando Higueras consiguiĂł dejar una huella mĂĄs en otro de los municipios mĂĄs importantes de la Comunidad de Madrid, se trata de Pozuelo de AlarcĂłn, ubicado al noroeste de la Comunidad de Madrid a 15 kilĂłmetros de la capital.
- Casa Santonja 1964, Somosaguas
Gracias a la colaboraciĂłn de Antonio MirĂł y Antonio MartĂnez Santonja, Fernando Higueras logrĂł llevar a cabo este proyecto.
Esta vivienda unifamiliar cuenta de potente textura y severas lĂneas, se alza sobre una parcela de Somosaguas, mirando abiertamente y sin ningĂșn obstĂĄculo, hacia el magnĂfico panorama serrano de Madrid.
La piedra granĂtica y la madera de pino de OregĂłn son casi los Ășnicos materiales empleados en la obra. Su calidad, su color natural y las formas atrevidas de la construcciĂłn, son las notas fundamentales que la hacen destacar de manera notable.
El solar en el que se llevo a cabo la construcciĂłn de la casa es una zona que domina magnĂficas vistas sobre la Casa de Campo de Madrid y la sierra, lo que llevĂł a elevar la edificaciĂłn sobre un semisĂłtano para mejorar las vistas, concibiendo asĂ el conjunto como un balcĂłn abierto en todas las direcciones y elevado sobre una sucesiĂłn de terrazas que irĂĄn escalonando un manto continuo de espinos sobre sobre el que aparentarĂĄ flotar la plataforma de la casa.
Se puede observar en el circulo amarillo como toda la parcela se encuentra totalmente integrada en la exuberante vegetaciĂłn gracias al mimo cuidado de ella, la vegetaciĂłn se come la Casa Santonja tal y como lo imaginaron en el proyecto.
El programa de la vivienda fue sencillo, al ser un matrimonio formado por Antonio MirĂł y su esposa Nelly, sin hijos, ni servicio, ya que se prevenĂa Ășnicamente una ampliaciĂłn en semisĂłtano para futuro estudio de ingenierĂa.
En la planta principal se desarrollĂł un programa sencillo ya que todas las partes de la casa debĂan de tener la misma importancia. AsĂ desde el vestĂbulo de entrada se accede al comedor y a la zona de los dormitorios, uno principal y otro secundario con un aseo pequeño y un baño. Desde el vestĂbulo y cogiendo la pequeña escalera de caracol se puede acceder a la planta baja con la funciĂłn de estudio de ingenierĂa y garaje.
Desde el comedor se accede a la cocina, el oficio y un pequeño cuarto de plancha. La zona de la cocina se comunica en el lado oeste con un pequeño jardĂn ensanchĂĄndose la terraza.
En un principio se dejaron dos muros de cabeza de cantera y en paralelo al aire libre como funciĂłn de porche en relaciĂłn con el jardĂn aunque posteriormente fueron cerradas obteniendo una habitaciĂłn mĂĄs.