Vivienda unifamiliar MS5 en Boadilla del Monte, Madrid
Se trata de una vivienda unifamiliar pensada para acoger hasta tres generaciones de una misma familia. Esta casa de dos plantas se sitúa en el número 5 de la calle Monte Sollube del municipio madrileño de Boadilla del Monte, un municipio situado al oeste de la Comunidad de Madrid.
La vivienda de 400.0 m², proyectada en dos pabellones y realizada por María Luisa de Miguel está situada en una parcela de poco más de 1000 m², el proyecto responde como se había comentado anteriormente, a un programa que hoy en día resulta atípico por su carácter clásico y casi olvidado, ya que se trata del hogar para un núcleo familiar formado por tres generaciones.
La vivienda desarrolla su mayor parte se desarrolla en planta baja, con una doble altura en el salón, que articula la pequeña área de dos plantas. Se cede a la calle la franja frontal de retranqueo, conformando un espacio abierto, que sirve de aparcamiento para visitas y dilata la calle, como una pequeña plaza. En un urbanismo de lindes cerradas y vallas continuas, sorprende por la generosidad al regalar este ámbito, del que la casa también se beneficia. El programa resulta atípico y paradójico, de ahí la configuración en dos pabellones.
La vivienda desarrolla su mayor parte se desarrolla en planta baja, con una doble altura en el salón, que articula la pequeña área de dos plantas. Se cede a la calle la franja frontal de retranqueo, conformando un espacio abierto, que sirve de aparcamiento para visitas y dilata la calle, como una pequeña plaza. En un urbanismo de lindes cerradas y vallas continuas, sorprende por la generosidad al regalar este ámbito, del que la casa también se beneficia. El programa resulta atípico y paradójico, de ahí la configuración en dos pabellones. Además, la organización de la planta supera la tradicional distribución de “dormitorios principales” y “de niños” por lo que las estancias se ocuparán por decisión de sus habitantes, no por imposición de la casa. Se buscan espacios de sombra, continuidad dentro y fuera (el cerramiento del patio se oculta y desaparece aspirando a que quede abierto de marzo a octubre), y que los recorridos por la casa sean circuitos sin fin, que la casa sea un espacio continuo donde correr de un lado a otro, jugar y escapar, sin recorridos con un final inevitable.