La autopromoción inmobiliaria es una modalidad de construcción en la que una persona o grupo de personas se encarga de llevar a cabo el proyecto de construcción de un edificio o complejo de viviendas. Esta modalidad se ha popularizado en los últimos años, especialmente entre aquellos que buscan construir su propia vivienda.
Una de las principales ventajas es que permite al promotor tener un mayor control sobre el proceso constructivo y los materiales utilizados, lo que se traduce en una mayor calidad de la construcción y una mayor satisfacción del propietario final. Además, puede resultar más económica que la compra de una vivienda ya construida, ya que se evita el margen de beneficio que obtiene el promotor inmobiliario.
Otra ventaja es que permite al propietario personalizar su vivienda según sus necesidades y gustos, lo que no siempre es posible en una vivienda ya construida. Así mismo, esta puede ser una buena opción para aquellos que buscan una vivienda en zonas donde la oferta de viviendas es limitada.
Sin embargo, la autopromoción inmobiliaria también tiene sus inconvenientes. Uno de los principales es el tiempo y esfuerzo que requiere llevar a cabo un proyecto de construcción. Puede resultar en un proceso largo y complejo, que requiere una gran planificación y organización por parte del promotor.
Otro inconveniente es el riesgo asociado al proceso constructivo. El promotor debe estar reforzado con la normativa de construcción y supervisar de cerca el proceso para evitar problemas que puedan afectar a la calidad de la construcción o al presupuesto previsto.
En conclusión, la autopromoción inmobiliaria puede ser una buena opción para aquellos que buscan construir su propia vivienda con un mayor control sobre el proceso constructivo y una mayor personalización de la vivienda. Sin embargo, es importante tener en cuenta los inconvenientes asociados a este proceso, como el tiempo y esfuerzo que requiere y el riesgo asociado al proceso constructivo.