Certificación energética A

CERTIFICACIÓN ENERGÉTICA A

La certificación de eficiencia energética de los edificios es un documento oficial que se empezó a exigir en el año 2013 para la venta y alquiler de inmuebles existentes. Debe de ser redactado por un técnico certificador habilitado y el certificado debe incluir información objetiva sobre los datos energéticos (consumo energético y emisiones de CO2) de las viviendas, locales comerciales, naves, etc., así como el cálculo del certificado energético, el registro del certificado energético y la emisión de la etiqueta energética.

La certificación energética es obligatoria en España desde hace doce años, actualmente los edificios de obra nueva están obligados a mostrar su certificación energética, para la venta y alquiler de edificios de nueva construcción desde la primera fase del proyecto.

Un certificado energético determina el grado de eficiencia energética de un inmueble. A cada edificio se le asignará una etiqueta energética, de acuerdo con una escala de siete letras y siete colores que van desde el edificio más eficiente (letra A) al menos eficiente (letra G), según cálculos. La etiqueta energética indica la calificación energética de emisiones y de consumo con una escala de colores que va del verde oscuro al rojo.

Al hablar de consumo, las diferencias entre ambas calificaciones son elevadas. Una vivienda con la máxima calificación energética A, consume un 55% menos que la media, y un 90% menos respecto a una con la letra G. Una vivienda B consume un 70% menos y una C un 35%.

En términos económicos, y según los datos recogidos en los certificados energéticos realizados por Certicalia, hay una diferencia de unos 1253€ al año en gastos de calefacción, refrigeración y agua caliente entre una vivienda poco eficiente, con una calificación energética G (cuyo coste puede llegar a los 1535,85 € al año), y otra vivienda eficiente, con una calificación energética B (con un coste de 282,67 € al año).

En definitiva, la certificación energética A es la más eficiente y está asociada a las construcciones más verdes. En definitiva, son aquellas que tienen menos de 50Kw/m2 de consumo energético anual. Por lo tanto, que un edificio tenga una calificación energética A supone que la casa tiene un buen aislamiento térmico, evita la entrada de calor y frío, las ventanas herméticas permiten el paso de luz e impiden que se cuele el frío o el calor.

Las condiciones más importantes que tiene que cumplir una vivienda para alcanzar la máxima calificación energética, es decir, la certificación energética A son las siguientes:

  • Aislamiento térmico adecuado que minimiza la cantidad de energía térmica, consiguiendo de esta manera minimizar al máximo el flujo calorífico entre la vivienda y el medio exterior.
  • Ventanas adecuadas con ruptura de puente térmico.
  • Orientación correcta de la vivienda para evitar el exceso o defecto de luz que se obtiene.
  • Calderas eficientes de biomasa que minimicen al máximo las emisiones de CO2, así como equipos de aire acondicionado de bajo consumo. Es de vital importancia tener una temperatura de confort adecuada.
  • Uso de luminarias tipo led, que reducen considerablemente el consumo.
  • Cuando sea posible uso de energía geotérmica.

Como consumidor, comprar o alquilar una vivienda o un local que sea eficiente desde el punto de vista del consumo energético es una ventaja. Es bueno para el bolsillo del consumidor o del comprador porque la factura energética será mucho menor, pero también es una ventaja que beneficia a todos, ya que un inmueble de bajo consumo energético emite menos CO2 a la atmósfera.